Las infecciones de transmisión sexual son una de las enfermedades más comunes a nivel mundial y suponen un problema importante de salud. Entre las más frecuentes se encuentran: Uretritis, Herpes genital, Sífilis, Linfogranuloma venéreo; Papiloma virus humano (HPV), Pediculosis púbica y otras. Los síntomas varían de acuerdo al agente que lo produce. Algunas de ellas son asintomáticas durante mucho tiempo, por lo cual es necesario que se hagan controles médicos con cierta frecuencia, sobre todos en personas de alta vulnerabilidad.
Algunas enfermedades venéreas como las uretritis, pueden causar obstrucciones de las vías urinarias, sobre todo si no fueron tratadas a tiempo. Esta cicatriz puede generar una estenosis uretral o de los conductos eyaculatorios, generando dificultad para orinar si la estenosis es uretral, o infertilidad por falta de eyaculado respectivamente. Entre las más comunes, encontramos a la Gonorrea (causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae) y el Linfogranuloma venéreo (causado por la bacteria Chlamydia trachomatis).
La sífilis es una infección bacteriana causada por el Treponema pallidum. Es un problema relativamente común. Poco después del reconocimiento de la epidemia del VIH, la sífilis ha estado estrechamente asociada a la infección por el VIH (Las principales células objetivo de la infección por el VIH) y así proporcionan una puerta de entrada para la adquisición del VIH y un foco para su transmisión. La sífilis primaria o de reciente comienzo, se caracteriza por una lesión en el sitio de contacto directo, con la lesión de otra persona infectada. La manifestación clínica principal es una ulcera indolora, usualmente solitaria (chancro) y puede estar acompañado de ganglios inflamados regionales y suele aparecer dos a tres semanas después del contacto. Aunque los chancros son más frecuentes en los hombres en el pene distal, pueden localizarse en casi cualquier lugar como los dedos, incluso suelen aparecer en regiones donde pasan desapercibidas (vagina, útero, recto, boca), y al ser indoloras generan demoras en el diagnóstico y tratamiento con peores repercusiones en la salud.
Las estadísticas de 2017 registraron en Argentina unos122.000 infectados de HIV, de los cuales solo un 70 % conoce el diagnóstico y solo el 81 % de estos reciben tratamiento. El 35 % de los diagnósticos se realizan en una etapa avanzada de la infección (SIDA). El 98 % de los contagios se producen por relaciones sexuales sin protección y 5 de cada 100 bebés de madres con HIV son diagnosticados con el virus. La mucosa anal carece de lubricación y es más fácil de irritar que la vagina, por lo cual, tiene mayor riesgo de transmisión de ETS, especialmente el VIH si no se realiza de manera segura. Por este motivo, al inicio de la pandemia se contagiaban 7 hombres por cada mujer y actualmente se contagian 2 por cada mujer, esto se debe a que aún está la creencia de que el HIV es una enfermedad de los homosexuales y a muchos hombres heterosexuales no les gusta usar preservativo. Estas cifras reflejan la falta de educación sexual, carencia de controles médicos anuales, desinterés en el uso de preservativo y la falta de acceso a la salud en sectores vulnerables.
El virus del papiloma humano (VPH o HPV del inglés human papillomavirus). Se conocen más de 100 tipos víricos, que se clasifican según su patogenia oncológica en tipos de alto y de bajo riesgo oncológico. La mayoría de los HPV descriptos no causan ningún síntoma en la mayor parte de la gente. Algunos tipos pueden causar verrugas o condilomas, mientras otros pueden generar infecciones inadvertidas, que pueden (en una minoría de casos) dar lugar a cáncer uterino, de vulva, vagina y ano en mujeres, o cáncer del ano y pene en hombres. También se encontró relación con el cáncer de cabeza y cuello (boca y esófago principalmente). La mayor parte de la gente infectada por HPV desconoce que lo está. Todos los HPV se transmiten por contacto piel a piel. La mayor parte de las infecciones con HPV son temporales, y tienen poca importancia a largo plazo. Sin embargo, cuando la infección persiste (entre el 5 y el 10 % de las personas) existe el riesgo de desarrollar lesiones precancerosas que puede progresar a cáncer invasivo.
El cáncer de cuello uterino presenta una elevada mortalidad en áreas pobres en recursos debido al HPV. Las vacunas que previenen la infección con los tipos de HPV que causan el 70 % del cáncer uterino, pueden conducir a reducciones mayores, pero solo es efectiva en personas que no tuvieron ninguna exposición al virus. Es decir, antes de que el individuo tenga actividad sexual.